Editorial del Escribano Alvaro Gutiérrez Zaldívar - Director de la Revista del Notariado.
- 06/05/2003
- Argentina
Editorial Hoy nos toca asumir la dirección de esta Revista. Es un honor al que no estamos acostumbrados; agradecemos y trataremos de cumplir con nuestro cometido. Una de nuestras obligaciones consiste en firmar este Editorial, lo que nos obliga a algunas reflexiones. En primer lugar, queremos decir que sabemos que nos toca hacernos cargo en un momento en que nuestro país se ve envuelto en situaciones límite, pero creemos que con el esfuerzo de todos vamos a salir adelante. Una reflexión. Consideramos que una de las formas más efectiva de producir cambios consiste en que cada uno haga mejor lo que saber hacer. Siempre se tiene la tentación, cuando las cosas andan mal, de producir cambios radicales. Que el que producía soja se dedique a los seguros, el corredor de seguros se ponga a vender autos, el que vende autos se dedique a la soja, y así hasta el infinito. El cambio no significa que cada uno empiece a hacer lo que nunca hizo, sino que se concentre en hacer mejor lo que hace bien. No está de más resaltar que todos los trabajos deben hacerse con solidaridad y decencia. Hace unos años, el presidente de un país decía que él no creía en un destino que caería sobre nosotros, hiciéramos lo que hiciéramos, sino en un destino que caería sobre nosotros si no hacíamos nada. Ese esfuerzo extra es el cambio, y debemos hacerlo extremando la seguridad que damos, la previsibilidad en la conducta, el respeto a nuestros semejantes, el orden y el trabajo. Los seres humanos se forman en diversos lugares, en la familia, en el colegio, en la universidad y en su profesión. En ésta se recibe una percepción de los límites de lo que se puede hacer y de lo que no, punto sobre el que volveremos más adelante. El notario de Derecho Latino tiene una doble función. Es un profesional del Derecho y, al mismo tiempo, forma parte de la organización de la Nación. Eso obliga a un deber de decencia, apego a las leyes y a su cumplimiento, lo que ha sido una tradición del notariado. Sus miembros, en general, tienen una visión histórica de la vida, están convencidos de que hacen una tarea y ejercen una función que se transmite. En el Colegio de Escribanos también se adquieren amigos, compañeros de estudio y una tradición. Nosotros no nos sentimos como pasajeros de una nave espacial llamada Tierra, que va por el Universo a ninguna parte. Nos sentimos como lo que somos, habitantes de un país, miembros de un Colegio, parte de una comunidad. Lo que nos lleva al convencimiento de que hoy más que nunca tenemos que permanecer vertebrados. Los que no lo están, los que no tienen una columna central donde apoyarse, vacilan y, a veces, en los momentos de prueba toman decisiones equivocadas. Segunda Reflexión. Hemos visto en las sociedades que se encuentran en momentos de crisis una tendencia a buscar con más ahínco un culpable que una solución. Además, se tiende a concluir que los problemas no se deben a nosotros, sino al accionar de terceros. Creemos que esto no es así o, por lo menos, que no lo es en la situación actual. Hoy nos da la impresión de que las calles y rutas de nuestro país están abandonadas al arbitrio de movimientos diversos que disponen del paso y circulación de los ciudadanos y que actúan como si las calles fueran una cosa propia o como si ellos tuvieran a su cargo el poder del Estado. Las experiencias de este tipo que hemos visto en otros lugares nos demuestran que estas cosas terminan mal. Peor de lo que podemos suponer. Si esto continúa así, algún día recordaremos los hechos de hoy como un momento de paz frente a las situaciones que en el futuro se pueden presentar. Para llegar a este proceso de destrucción no han hecho falta los de afuera, el problema es propio. La historia nos ha demostrado que las tropas romanas del Imperio que guardaban la frontera, muchas veces no necesitaban pelear contra nadie. Les bastaba con sentarse a observar cómo en los pueblos vecinos se mataban los unos a los otros, incapaces de guardar el orden y el respeto entre ellos mismos. Nosotros, como escribanos, debemos hacer cada vez mejor nuestro trabajo, dar una imagen de imparcialidad, de seguridad, se solidaridad, y no sólo darla, sino también sentirla y actuar en consecuencia. Debemos, por otra parte, expandir nuestros conocimientos, conseguir que los procedimientos se simplifiquen, que las leyes sean justas y que cuando uno actúe sepa claramente los alcances de su decisión. Cada profesión tiene sus admiradores y sus detractores, y da a las personas que la ejercen características propias. La nuestra nos obliga al conocimiento, a la cautela, al apego a la ley y al cumplimiento de la palabra acordada. La cautela, a veces, es criticada, pero nosotros intervenimos en negocios y asuntos de terceros, por eso el cuidado debe ser mayor. Esta Revista ha sido y es, desde el año 1897, una Revista organizada y manejada por escribanos. Sus anteriores directores marcaron un estilo, seleccionando trabajos y fallos de acuerdo con las necesidades de nuestra profesión; trataremos de mantenernos en la misma línea, convencidos de que hay que hacer y saber, saber hacer y hacer saber. Haciendo votos para que nuestro amigo y director, Juan Cruz Ceriani Cernadas, se restablezca y retome la dirección. Los saluda. El Director. Alvaro Gutiérrez Zaldívar – Director de la Revista del Notariado. (Organo del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires)

