Editorial del Escribano Alvaro Gutiérrez Zaldívar - Director de la Revista del Notariado.
- 22/08/2003
- Argentina
Opinión Tenernos que señalar también que, a raíz de determinados acontecimientos, hemos visto varios programas (le televisión a los que concurrían escribanos como funcionarios públicos para garantizar la transparencia de sorteos o constatar hechos. Tenemos que admitir que hemos quedado mal impresionados, no con los escribanos en sí, sino con la imagen que transmiten de nuestra profesión a través de esos programas. El escribano que concurre a efectuar un sorteo no es un actor, no es parte de la farándula, es un señor al que el Estado le ha delegado una determinada potestad y es en su representación que asiste. No lo invitan ni como artista ni como estrella, va como funcionario público y como tal tiene que actuar. En uno de los programas, el escribano aparentaba estar molesto por las referencias que le hacían. Le pedían su opinión sobre determinada estrella, que haría con ella y demás. Él no tiene que contestar nada de eso. Está ahí para garantizar un sorteo, no es parte de un circo. No es una persona contratada como actor ni tiene que hacer papeles de ese tipo y, sobre todo, no pretender hacerlos. No está para hacer chistes ni actuar como comediante, jurado de concursos de belleza o lo que fuere. Si quiere hacer todo eso, que lo haga, sin decir que concurre como escribano. No tiene tampoco por qué participar de las bromas pesadas, opinar sobre lo que él le liaría a alguien, o actuar en el rol que los productores del programa quieran adjudicarle cada día. Está ahí corno escribano y como tal debe comportarse. Si no lo hace, nos perjudica a todos y se perjudica él. No queda simpático, queda ridículo. No se trata de que no pueda hablar, ni de que parezca un tonto de solemnidad; esto tampoco es bueno. pero hay que tener y aplicar el criterio sobre qué está bien y qué está mal, si el escribano y el conductor tienen en claro para qué está cada uno, las cosas van a salir bien. Los cánticos "Escribano, escribano" moviendo los brazos y en son de solfa, no transmiten la imagen de los demás escribanos, los cuales se ven afectados por una imagen no querida y no asumida por ellos. Todo esto es importante, es parte de un proceso mental, es uno más de los hechos que tenemos que cambiar. De lo contrario, seguiremos dando la idea de que en nuestro país cada uno hace lo que se le ocurre, con prescindencia (le los derechos de los demás. Parece un tema menor, no lo es. Los grandes desastres, muchas veces, son provocados por la suma de pequeños errores. Con el tiempo, los errores se transforman en costumbre y se acaba pensando que está bien lo que está mal. No necesariamente todos los escribanos que concurren a estos programas se comportan (le esta manera; al que le quepa el saco, que se lo ponga. Si no es así, que prescinda (le esta opinión. Como dicen los marineros: que cada palo aguante su vela. Si algún escribano se encuentra en esta situación y por determinados motivos no puede transmitirlo a los responsables, le proponemos que imprima estas líneas y las envíe a los directores (le los programas para que tomen nota de lo que pensamos los demás. La historia es algo más que una sucesión de líos que siguen a otros líos, es una conducta que tienen los de hoy y se transmite e influye sobre los que vendrán. No damos esta opinión para criticar sino para ayudar. No vacilamos en decir que está en línea con lo que piensa la mayoría de los escribanos y que está en línea con lo que pensamos que debe continuar transmitiendo la Revista de nuestro Colegio. Opinión 2 El día 4 de febrero de 2003 salió en la primera página del diario Clarín una foto realmente impresionante. Un grupo de piqueteros había cortado el tránsito con gomas de autos y camiones, y no dejaban pasar a nadie. En la foto aparece un hombre joven, de los que transportan documentos en moto, que intentaba pasar para hacer su trabajo. Mientras tanto, un piquetero encapuchado trataba de pegarle con un palo por no obedecer sus órdenes. Suponemos que el piquetero considera que él es la ley y que tiene, además, el derecho (le hacerse justicia por mano propia, cosa que no pueden hacer ni las fuerzas (le seguridad desde que se dejó sin efecto la ley del talión, hace más (le dos mil años. Por otra parte, el piquetero no es la ley, sino el que la infringe; lo malo es que lo han hecho tantas veces que les parece que tienen derecho a hacerlo. Para ellos se ha transformado en una costumbre y algunos todavía creen que la repetición de hechos sin castigo se convierte en derecho. Empezaron con una ruta lejana, algunos minutos; hoy cierran la ciudad a cualquier hora, en grupos chicos, que impiden moverse a mayor cantidad de gente que la que ellos juntan. Han perdido idea de los límites, la foto lo demuestra, y parece que los responsables de que esto no suceda no se dan por enterados. Un día van a apoderarse de los edificios públicos, primero van a cortar los accesos a la Casa de Gobierno, luego van a entrar. Luego no sé. Hace no muchos años, en un país cercano, pasó algo así. No hace falta mirar muy lejos para saber en qué pueden terminar estas cosas. Confieso que esperaba leer al día siguiente, en los diarios, que algún fiscal o juez había hecho una investigación sobre esta foto. Que algún jefe de policía o comisario de la seccional donde sucedió el hecho había abierto una investigación, que estaba todo en marcha para averiguar quién era el encapuchado que se dedicaba a apalear a la gente que quería ir a trabajar. Pero me equivoqué, nadie en el Gobierno, ni en el Poder Judicial, leyó ese día el diario Clarín, nadie en las fuerzas de seguridad. Nadie de los encargados de que la Constitución se cumpla. Nadie. No sé cómo el diario Clarín sigue saliendo, debería estar fundido, si lo lee tan poca gente. Se ve que los que gobiernan consideran que esto no es asunto suyo y sí lo es. Los que están en funciones por cargos electivos son responsables, porque ellos eligieron ser candidatos o aceptaron el cargo. Estamos esperando que alguien diga: "Esto es asunto mío, no va a quedar así. Asumimos la responsabilidad y no se va a repetir". Pero no, creen que nadie se da cuenta, y damos esta opinión para que sepan que hay gente que está esperando que hagan algo para poder transitar libremente por las calles y plazas de nuestro país. Hay muchos que creen que estos grupos están tanteando a los gobernantes y a los ciudadanos para ver hasta dónde pueden llegar; esta foto y aquella de la que hablo a continuación demuestran que ya llegaron demasiado lejos. Si no se hace algo vamos a encontrarnos con un país en el que nadie podrá trabajar, en el que no habrá ni Constitución, ni jueces, ni fuerzas de seguridad, sin derechos fundamentales, o sea que vamos a acabar viviendo en un lugar en el que no valga la pena vivir. El mundo ha tenido experiencias de gobiernos débiles que desamparan a sus ciudadanos a cambio de votos electorales. Esas cosas, en otros lugares, han terminado mal. Por otra parte, no soy un experto político, pero me inclinarla por decir que conviene hacer lo contrario, conviene gobernar. Son michos más los que están en contra de los piquetes que los que están a favor. Hay que cumplir y hacer cumplir las leyes. No podemos tolerar que grupos armados nos impidan llegar a nuestra casa y que cuando eso sucede, salga la foto en la primera página del diario (le mayor tirada en el país y ninguna autoridad la vea. Como vuelvo a dudar sobre si ha sido una edición (le pocos ejemplares, informo que pueden ver la foto por Internet en las páginas de Clarín y posiblemente en diarios y noticieros del extranjero, donde sí se asombran de lo que pasa en Argentina. Opinión 3 El día 27 de febrero de 2003 salió en la primera página del diario La Nación la foto de un grupo de manifestantes piqueteros que reclamaban ante los Tribunales la libertad de algunos de sus compañeros. El caso parece similar al anterior, pero eran grupos distintos y hechos distintos. La foto muestra a los manifestantes, algunos encapuchados, rompiendo los autos que encontraban estacionados. No se crean que era un odio a la riqueza: no rompían Mercedes, Audis o autos de un valor descomunal. Rompían autos chicos, normales, viejos, de gente que va a tener serias dificultades para pagar el arreglo. Que posiblemente tengan que sacar la plata de la comida ele su familia, de no cambiar sus zapatos viejos o de no comprar un guardapolvo nuevo para que su hijo vaya al colegio. Reconozco que los que somos más grandes de edad quizás fuimos educados para un mundo que ya no existe, pero muchos de nosotros seguirlos creyendo que el rencor, la ignorancia y el dejar que se violen abiertamente las leyes es una combinación peligrosa. Todos en el mundo tenemos límites sobre lo que podemos hacer, también sobre lo que podemos o no permitir. La supuesta teoría de que "vamos tirando" no sirve; si seguimos así, en no mucho tiempo no va a haber trabajo, ni cosas que comprar. Si no se puede trabajar y no se puede transitar, muy pronto no va a haber nada más para romper. El año pasado circuló por el mundo una foto que mostraba a un vándalo que iba por la calle con un bate de béisbol rompiendo los teléfonos. Supongo que pensaba que eso podía mejorar su vida o la vida de los usuarios de los teléfonos o a la ciudad en general. Quizás pensaba que si rompía todo lo que encontraba conseguiría que el país saliera adelante y volviera a ser respetado. Por lo menos, consiguió que su foto se viera en todo el mundo; no su cara, también iba encapuchado. Los que hemos estudiado derecho sabemos que hay muchos tipos de delitos y muchos tipos (le penas pero que, grandes o chicos, son cielitos, que no deben cometerse, por convicción propia y por respeto a los demás. Es un delito matar a alguien, también lo es pintar o escribir en las paredes y puertas de las propiedades de los otros, sean privadas o estatales. Es también delito violar a una persona, romperle el auto o pegarle porque transita por una calle en la que tiene derecho a transitar. Es delito andar encapuchado, con palos y cortar el tránsito. Es delito pegarle a otro porque no acató una orden que el que pega no tiene derecho a dar. Es delito "distraer" fondos públicos para fines propios. Es delito mantener barras y utilizarlas para cometer actos de vandalismo. Es también cielito romper las cosas de los demás o atacarlos físicamente porque no piensan como nosotros. Es delito amenazar con impedir votar, amenazar con robar urnas, y es delito hacerlo. En todo esto no sirve que nos quedemos en silencio, somos hombres de derecho, parte del poder público, tenemos una tradición profesional que obliga al respeto y al cuidado de los demás. La gente confía en nosotros. Por otro lado, no vivimos en una isla en Madagascar, somos escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, con domicilio profesional en ella, no podemos decir que ignoramos que esto sucede. Ni callar frente a su gravedad. Opinión 4 El otro día vimos, en una publicación, el costo (le cada legislador en la provincia de Formosa; a cada uno le tocaba un gasto de dos millones de pesos anuales, alrededor de ciento ochenta mil pesos mensuales. Queremos hacer notar que nos parece "un poco mucho", teniendo en cuenta que en esta provincia, durante el año 1999, se promulgaron solamente tres leyes". (1) Sobre este punto ver más: en Amuchástegui, Juan, hohvrnuos a la Democracia, Lectica Ediciones, 2002. Aporta ideas para encontrar una solución. Se puede o no coincidir pero no trae sólo críticas, y señala las cosas que hay que cambiar. Es muy factible que estos legisladores mañana vuelvan a ser gobierno. Sobre eso también hay algo para decir. En el diario La Nación del 1° de marzo de 2003, página 8, hay un titular que dice: "Extraditaron a una ex diputada que estaba en España [...] Hace dos años que la buscaba la justicia". El diario nos cuenta que nuestra diputada, al declarar en el juicio de extradición en Madrid, afirmó no haber cometido ningún delito sino que percibió como parlamentaria una forma de retribución encubierta para evitar el control fiscal y que ésa era "una práctica habitual en su país"(el nuestro). Destacó, además, que "los hechos no tenían el carácter de delictivos en la Argentina, ya que se trataba de formas de retribución de los parlamentarios generalmente aceptadas, aunque lo fueran de forma encubierta". No hace falta firmar esta opinión porque, según el diario, es lo manifestado y firmado por ella en la copia de la declaración indagatoria. Sabemos que habrá algunos que dirán que no conviene dar estas opiniones, que es mejor pasar inadvertidos, no llamar la atención. Es un error, el juego de los monos, que no ven, no oyen, no sienten, no hablan, es un suicidio. Durante el tiempo que estuvo ausente, nuestra ex diputada vivió en Alemania y en la isla de Mallorca, en España. Tuvo suerte, se mantuvo fuera del país, no le pesificaron la plata, no vio cómo rompían la ciudad, no sufrió en carne propia todo lo que sucedió entre noviembre de 2001 y el 28 de febrero de 2003, fecha de su llegada. Es imputada por la presunta apropiación de subsidios destinados a personas de bajos recursos. Por suerte tenernos otra Argentina, la que trabaja y lucha, los que bajan en Retiro, Constitución y Once todos los días a trabajar, los que están en las fábricas, arriba de tractores, en sus oficinas y en sus profesiones tratando de sacar el país adelante. Los que van afuera a vender nuestros productos, los que han dado un sal_ to impresionante en la calidad de lo que producen, los que luchan por educar y formar gente que luego nos deja bien por todo el mundo. Los que nos han convertido, gracias a las nuevas técnicas y a su trabajo, en los segundos exportadores mundiales de maíz, los primeros de miel, limones y girasol. Los que han hecho, gracias a la producción y a la industria, el mayor polo aceitero del mundo. Los que han puesto en marcha el almacenaje en bolsas de plástico cuando no alcanzaban los silos. Hoy, esa técnica desarrollada en Argentina se está usando en muchos países del mundo a donde estamos exportando máquinas y bolsas. Sobre esto tenemos todavía mucho más para decir, pero para este número;; es suficiente. Hacemos votos para que todos podamos salir de este túnel, y que nos dejen hacerlo.

