Técnicas de Estudio.

Son las técnicas de estudio un tema que poco se toca en las universidades y otros espacios de estudio. Quizás muchos tengan la falsa creencia de que el estudio es lectura y respuesta, pero ya mucha gente ha estudiado el tema y ha desarrollado métodos para optimizar los tiempos de ingreso de datos y su retención en memoria. Durante muchos años he coleccionado gran número de bibliografía traida de Estados Unidos, país donde las técnicas de memorizado y estudio han sido profundizadas e investigadas. Para este primer intento de acercamiento del lector a estas técnicas, primero tendremos que afirmar que en realidad se basan en fenómenos y formas de aprehensión de nuestra mente. Período de Estudio. Es conocido que muchos creen que estudiar sin parar es beneficioso. Nada más lejano de la realidad. El estudio sin tregua imposibilita al cerebro a internalizar los datos ingresados. Los períodos de sueño y descanso son necesarios para que el cerebro ordene lo aprendido y le asigne su lugar. Todos vimos que haciendo actividades varias, de pronto se nos viene a la cabeza la idea que necesitábamos como un as de claridad. Que fue lo que ocurrió, simplemente, nuestra mente en sus procesos de cruzamiento y conexión de datos llegó a una respuesta o conclusión y cuando la obtuvo simplemente nos la presentó. Esto también ocurre con el conocimiento. Sin descanso entramos en períodos en los que por más que leamos no recordaremos, -porqué-, porque hay información previa que debía ser aprendida y aprehendida y nuestros tiempos, nuestro apresuramiento o necesidad, no dió lugar al cumplimiento de ese proceso. Que se aconseja. El estudio en períodos de 45 minutos a 60 o más según cada uno, luego de éstos, hacer recesos de 15 o 20 minutos para ya volver a retomar el estudio. Al retomar hacer un breve y veloz repaso de lo estudiado. Mejor momento para recordar. La retención de datos en nuestro cerebro se da en una forma que podríamos llamar de "palangana" o "meseta". Que queremos decir. Uno aprende más o recuerda más lo primero que leyó y lo último. Por este fenómeno, si partimos los momentos de estudio en esos períodos de 45 o 60 minutos, obtendremos mayor "cantidad" de conocimiento que recordaremos mejor, dado que esos inicios y finales serán fuertemente retenidos. Porqué se da este fenómeno. Porque como dijimos, el cerebro trabaja por conexión, concatenación de información, entonces tanto el inicio como el final es el hilo conductor del conocimiento. Nuestro cerebro para ingresar al conocimiento, comienza por el inicio que es su llave, luego va por el desarrollo y culmina en el resultado. Cómo siempre para llegar el hilo conductor el punto necesario, esa "llave" es el inicio y el buscado es el resultado, siendo éstos, justamente, los momentos del estudio en que mayor optimización asigna nuestra mente. Momento del Día. No hay un punto general para el momento del día que mejor nos sirva para estudiar. Pero es sabido que cada uno conoce cual es "su" momento. Por ello, siempre es mejor, conocimiendo nuestra mejor predisposición al estudio, utilizar dichos momentos, dado que beneficiaremos, en la medida de lo posible, el aprendizaje. Hay quien mejor estudia por la mañana y quien mejor lo hace por la tarde. Generalmente la noche es el mejor período por la poca interacción de otros para interrumpir el estudio. Otros elementos a tener en cuenta. Alimentación. Otros elementos a tener en cuenta para encarar el estudio, es la alimentación. El cerebro en su mayor trabajo utiliza grandes cantidades de glucosa y es ella el combustible de éste. Es por esto que vemos que en la mañana sin haber desayunado o con hambre es muy dificultoso el estudiar. También hay quien recomienda algunos complementos dietarios de vitaminas y minerales que optimizan el aprendizaje. Pero ya ese tipo de ayuda y asesoramiento debería caer en manos de un profesional de la salud o un nutricionista con conocimiento cierto en el tema. En algunos libros por ejemplo hemos visto que daban consejos de alimentarse con -por ejemplo- porotos de soja y otras buenas fuentes de energía y por otra parte, desaconsejaban la ingestión de "pavo" o "pavita" que produce un efecto de sueño casi instantáneo. Minerales específicos para la actividad cerebral. Son cuatro minerales que no pueden faltar. El cobre es el que facilita el funcionamiento del sistema nervioso central. El fósforo estimula y tonifica células y provee la energía cerebral. Se encuentra en casi todos los alimentos. El hierro para la resistencia física y mental y producción de energía. Lo encontramos en carne, las semillas de calabaza, perejil, almendras. El magnesio regulador del sistema nervioso simpático y parasimpático, estimula en forma considerable la memoria. Se encuentra en frutos secos. En próximos artículos seguiremos ya con otros temas del aprendizaje como métodos en sí de estudio, utilización de ambos hemisferios cerebrales, la parte racional (intelectual) conjuntamente con la creativa (emocional).